Por Sebastien Longhurst (Texto)
MSc en Cooperación y Desarrollo Internacional
Asesor Cooperacion Internacional
SENA – Direccion General. Bogota, Colombia
Artículo publicado en
DESARROLLO, CULTURA Y TURISMO DESDE LA PERIPHERIA
Edición Julio 2005
Año 1 Nro 2
Pierre Bourdieu (1930-2002), filósofo y sociólogo francés, ha tenido, a lo largo de su extenso trabajo, una influencia profunda en las ciencias sociales modernas.
Una pieza clave en el trabajo de Bourdieu es su definición de cultura como un hecho socialmente arbitrario. Existen, en la base de toda cultura, algunos elementos que hacemos sin otra razón más que el hecho que es parte de la tradición. Esto abarca los distintos idiomas, modos de vestir, bailar, comer o interpretar música que no llevan ningún valor específico: una cultura no es «superior» a otra, es simplemente diferente.
Sin embargo, de manera que subsista, una cultura debe pasar a la siguiente generación. Este proceso, que se lleva a cabo a escala de un grupo humano (una familia, tribu, nación…) es llamado educación. En La Distinción (1979), que es considerada su obra más importante, Bourdieu describe las relaciones de poder que envuelven los sistemas educativos como los observó en Europa.
Desde su punto de vista, las sociedades se dividen entre un grupo (las clases medias y altas) que ve su cultura como superior y tiene el poder de definir que es cultura, y otro grupo (la clase trabajadora) que acepta esta definición y la considera natural, sin percibir que se trata de una construcción social. La forma en que esta visión de cultura es impuesta por la clase dominante crea lo que Bourdieu llama «violencia simbólica». Lo que la clase dominante ve como cultura (música clásica, jazz, bellas artes, teatro…) se convierte en lo deseado por la clase trabajadora legitimizando así la dominación.
Esta dominación persiste a través de las generaciones gracias a lo que Bourdieu llama «capital cultural», que es el conjunto de conocimiento y actitudes sobre cultura que es sistemáticamente transmitido a los nuevos miembros de un grupo social por sus antecesores. Siendo el capital cultural de la clase dominante mayor que la de los dominados, esto permite que los miembros del primer grupo se sientan cómodos dentro de sistemas educativos y culturas dominantes que ellos mismos han impuesto al resto de la sociedad. Esta comodidad, luego, perpetúa la dominación.
Sin embargo, uno debe tomar en cuenta que esto fue escrito en los 70s. Posteriormente, mucho sobre esta «alta cultura» ha sido confrontado y llevado al debate. No obstante, muchos de estos análisis permanecen válidos y pueden ser aplicados en otros lugares.
Un último punto: esta concepción no ve a la cultura como algo totalmente determinado. Deja un espacio para el cambio social. Esto explica el fuerte compromiso social de Bourdieu durante los últimos años de su vida.
MÁS SOBRE BOURDIEU:
– Vean el documental LA SOCIOLOGÍA ES UN DEPORTE COMBATE en este enlace.
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